Crítica del nuevo programa de Joaquín Reyes: Retorno a Lilifor, la esperpéntica vergüenza de los lunes en Antena3.
Es cierto que el verano es el tiempo reservado por las cadenas de televisión para emitir programas menores. Pero, ¿se merecía el espectador algo como Retorno a Lilifor?
Lo que vimos aquellos que asistimos atónitos al estreno de Retorno a Lilifor no fue un programa adecuado para el prime time, aún menos un espacio cómico, y desde luego no un espectáculo del que nadie pueda sentirse orgulloso. Ver a Joaquín Reyes pataleando en el suelo, mientras se dedica a improvisar un absurdo diálogo sin sentido sobre cosas que sólo él (y otros «gañanes») puede alcanzar a entender, es tristemente penoso.
El sentimiento de vergüenza ajena invade al espectador que, incómodo por lo esperpéntico del show, se revuelve en su asiento, invitado (y casi obligado) a cambiar de canal en busca de algo más divertido, interesante o digno de ser emitido en la noche del lunes.
Toda la culpa fue de Antena3
Nadie puede culpar a Joaquín Reyes de haber hecho lo que ha hecho. Porque, ¿acaso no es «eso» lo que siempre hace el cómico?
[quote_box_center]¿Acaso no es «ése» el humor desprovisto de gracia y sentido que tanto caracteriza a Joaquin Reyes?[/quote_box_center]
Asi pues, a quien sí podemos (y debemos) culpar es al «gañán» que decidió llenar las noches de los lunes de bochornosa y vergonzosa «mamarrachada humorística», dándole a Retorno a Lilifor el inmerecido honor de borrar la sonrisa al espectador. Porque, lo creas o no, Retorno a Lilifor surgió como suplica de Antena3 al grupo chanante: «Dijimos que volveríamos a hacer sketches, nos lo pidió el canal y no tuvo que suplicárnoslo», afirmaba Joaquín Reyes.