Descubre la nueva Ally McBeal. Crítica de House of lies, la serie de Don Cheadle y Kristen Bell sobre sexo, negocios y empresas.

"House of lies", con Don Cheadle y Kristen Bell
«House of lies», con Don Cheadle y Kristen Bell

La serie más censurable

Vital y enérgica, House of lies abre las puertas a la diversión más insurgente, aquella que se origina desde la prepotencia y seguridad de un muy elaborado y carismático personaje, Marty Kaan (Don Cheadle).

[quote_box_center]Éste, antihéroe genial, se sirve de su falso entusiasmo y eufórico amor propio para convertir a la serie en un descocado producto de entretenimiento adulto e incorrecto. Y digo incorrecto porque la serie peca de un excesivo y grotesco carácter sexual, que resulta innecesario y molesto debido a su carácter explícito y suci[/quote_box_center]o.

No obstante, y más allá de eso, la serie también destaca por recuperar una vieja fórmula ochentera de hablar directamente a cámara (recuérdense Todo en un día o Annie Hall). Ésta, simple pero eficaz técnica narrativa, ayuda a empatizar con el protagonista, quien se dirige a nosotros en todo momento, haciéndonos cómplices de su vergonzosa intimidad.

Chispeante y estimulante, House of lies presenta un único problema: ¿qué pasará cuando la presencia de Cheadle en escena canse? Que no habrá nada más que mostrar, porque como ya pasara en series como House o Dexter, el protagonista se convierte en el auténtico divertimento escénico a observar.