Asombroso trabajo de orfabrería donde todos los elementos son fusionados y retorcidos hasta el punto de unificarse en una única pieza artesanal, bella, bruta y de alto impacto narrativo. El pulso frenético con el que Christopher Nolan nos cuenta esta historia consigue volverse hipnótico, frenético y vivaz. No hay descanso durante las casi tres horas de duración, no hay momento para la reflexión, la duda o la asimilación, los hechos se aconteceden los unos a los otros sin descanso, sin pausa y con toda la fuerza narrativa de un hermoso y artesanal relato hecho para impactar nuestros sentidos.
La belleza bruta de las escenas y el nervio de la banda sonora y los efectos de sonido se convierten en el complemento perfecto para Oppenheimer, el auténtico y único protagonista de esta historia. La compleja figura del científico se expone con tan tanta frialdad y humanidad que consigue desconcertar por lo realista que resulta. Puede que no llegue a comprenderse su complejo raciocionio en materia sentimental o científica pero sí consigue emocionar.
Cillian Murphy es el elemento químico que hace que ‘Oppenheimer’ explote en nuestras retinas, colisionando de pleno en nuestros corazones, colapsando nuestros sentidos hasta el punto de llevarlos al extasis audiovisual. Pero esto es sólo en la primera parte de la película, aquella que se presenta como una acelerada y enérgica cuenta atrás hasta el momento en que la bomba atómica explosiona. Después nos encontramos con una historia más pausada pero igualmente narrada sin pausa, con nervio y altamente viva, capaz de mantenernos en vilo durante un juicio no juicio en el que se nos permite juzgar a los personajes en juego en el que Robert Downey Jr. se proclama vencedor por su siempre espectacular habilidad para insuflar alma a sus personajes.
- Lo mejor: Cillian Murphy y su actuación sostenida de un tipo de compleja interpretación.
- Lo destacado: La habilidad para mantener el ritmo frenético desde el principio hasta el final.
- A celebrar: El logro visual y sonoro de unas imágenes capaces de sumergirte en la pantalla gracias en su mayor parte al poder sonoro de la música y el uso de sonidos.
