Aunque se aprecian las buena intenciones, la continua sensación de estar ante una mala copia de ‘Kung Fu Panda’ es demasiado persistente a lo largo de todo el filme. No ayuda que la base de la historia sea algo simplista (y casi irrisoria), que los dibujos sean poco estéticos y que la trama este llena de agujeros de guión.
Mucho sinsentido en una película que se compone de diferentes sketches o aventuras descontextualizadas que no terminan de desarrollarse y que sin lugar a duda funcionarían mejor como parte de las aventuras del personaje en una serie de dibujos.
El humor es otro problema en la cinta, pues no consigue coger el ritmo o tono adecuado y a menudo se sirve de bromas o técnicas que no llega a ejecutar con acierto. Quizá sea una cuestión de cultura y en su país de origen la encuentren delirante pero no en el resto del mundo.
Destaca y juega a su favor que por lo absurdo de la historia se nos presentan diferentes aventuras difíciles de predecir y que al menos sorprenden en su desarrollo, aun cuando esta carecen de toda lógica narrativa.
El gran problema, no obstante, son los personajes, que no consiguen emocionar, al igual que la historia, que no despierta interés alguno y resulta demasiado infantiloide como para enamorar al público adulto.
