Análisis de Kill Bill, la obra más elaborada, compleja y profunda del astro rey de la dirección, Quentin Tarantino.
[quote_right]Kill Bill, Fascinante violencia justificada[/quote_right]
Violenta, trepidante, fascinante, transgresora, única en su especie, la mejor de todas las venganzas, la más irrepetible, la más espectacular, sin duda es Kill Bill, la obra más elaborada, compleja y profunda del astro rey de la dirección, genio hiperactivo e hijo bastardo de Hollywood: Quentin Tarantino. En 2003, y tras seis angustiosos y largos años sin que la sangre salpicara con acierto alguno la gran pantalla, Kill Bill llegó para enamorar.
[pull_quote_center]La más grande historia jamás contada sobre el rencor que se puede llegar a acumular tras años de coma profundo y un ensayo de boda algo accidentado, pasaba a ser obra maestra indiscutible y pieza imprescindible para todo amante del buen cine[/pull_quote_center]
La novia había despertado en el imaginario del excéntrico Quentin Tarantino, y éste no paró hasta convertirla en el fenómeno cinematográfico que es hoy en día.
Uma Thurman (la mal llamada musa de Tarantino) cedió cuerpo, alma y mirada de odio perpetuo a su ya célebre rol de Mamba negra, ganándose la complicidad del público, que, sin poder resistirse a la fuerza magnética del personaje y el coraje ilimitado que ésta mostraba en cada uno de los fotogramas, se colocaba instintivamente al lado de la bella justiciera.
Trepidantes y frenéticas escenas de lucha hacen de la obra el mayor espectaculo visual jamás ante concebido
¿Quién puede negarle el derecho a hacer justicia a la novia?
Aquellos que ella creía sus amigos se propusieron asesinarla. Si bien es cierto que la violencia ha sido una de las razones que ha llevado a más de un insensato a censurar las magistrales obras de Tarantino, ¿de qué otra manera se iba a vengar Mamba negra? Cualquier otro acto de carácter más pacífico resultaría, simplemente, de lo más ridículo en esta enrevesada y perfecta narración.
Desde su visualmente fascinante enfrentamiento con O-Renn Ishii, a la espectacularidad más sobrecogedora de asistir a la épica victoria de la novia frente a los 88 maniacos
El gran éxito de la obra, compuesta de dos espléndidos volúmenes, es sin duda su adictiva narración. El ritmo pausado se mezcla con las trepidantes y frenéticas escenas de lucha protagonizadas por Uma Thurman y los protagonistas de su mortífera lista, peleas todas ellas de un carácter épico e irrepetible.