‘El pacto’ es una película bien ejecutada que transmite un mensaje simple con una historia que muestra una realidad de la que siempre es difícil hablar. Entretenida, con mensaje y reflexión de tintes más humanos que políticos. El espíritu rockero que poseen todas las cintas de Guy Ritchie se deja ver en algunas escenas donde la cámara y la música se alían para ofrecer una visión dinámica y llena de poder.
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De intachable esquema narrativo, con unas actuaciones correctas y un cast en el que quizá el actor protagonista no fuera la mejor opción, la cinta es entretenida hasta el momento en el que se vuelve demasiado fantasiosa, ofreciendo un desenlace a lo made in Walt Disney que no cala en el espectador.
Le falta crudeza, le falta la visceralidad que la historia merece, le falta la tensión y angustia traspasando la pantalla… le falta esa chispa que haga que el espectador se sienta lo suficientemente incómodo como para saber que no está ante una de tantas películas que acabarán como lágrimas en la lluvia, olvidadas por todos.
Destaca la breve aparición de Antony Starr, el Homelander de The Boys, quien estuvo a punto de ir a la cárcel durante un año a consecuencia de un incidente acontecido en el rodaje en tierras hispanas y sobresale el dato curioso de que la cinta ha sido rodada en tierras españolas, concretamente en Almería.