Acción por acción en una historia de violencia explosiva y satisfactoria al más puro estilo John Wick con un Jason Stathan de apariencia cansada que no consigue emular el carisma de héroe de acción que una vez tuvo en ‘The Transporter’.
La verosimilitud de los hechos y la justificación narrativa se sacrifican en un «todo por el espectáculo», y aunque normalmente esto no es un problema en el género de acción sí lo es en ‘Beekeeper’.
La carencia de un hilo emocional que nos acerque al personaje hace que cueste entender su comportamiento radical y extremo, sin que lleguemos a posicionarnos de su parte. Frío, hermético y carente de emoción alguna, Jason Stathan no consigue conectar con la audiencia, demostrando que a pesar de los éxitos de su pasado no tiene ni tendrá nunca el carisma suficiente para ser la estrella principal.
La acción, por otro lado, es altamente satisfactoria de visualizar pero le falta la espectacularidad y brutalidad que cabría esperar de una cinta que lo apuesta todo a las escenas de lucha. Cabe destacar aquí también que el hecho de que el protagonista se presente como una auténtica máquina de matar al más puro estilo Terminator hace que se pierda la emoción o tensión de toda pelea, pues queda bastante claro desde el primer momento que nuestro héroe apicultor podrá acabar con todo el que se cruce en su camino sin apenas despeinarse.
- El consejo: El éxito de héroes como Indiana Jones, Rocky, John McClaine o Han Solo es que nunca sabes cómo van a acabar. Las películas de Rocky no siempre terminan con la victoria del potro italiano, Indiana Jones a menudo se muestra como una persona torpe en combate y las peripecias y desventuras de John McClaine nos llevan a temer por la vida del policía de Nueva York en más de una ocasión… Se pierde la emoción cuando sabes que el protagonista es un Terminator invencible con suerte ilimitada.
- El problema: Jason Stathan es el auténtico problema en la película, su falta de emoción y aspecto cansado hacen que todos los plot holes de la película sobresalgan aún más.
- El otro gran elemento fallido es la trama, presentada como una copia de John Wick sin alma ni vida, grabada en modo automático y que aunque lo intenta no consigue el objetivo. No obstante, y a pesar de lo dicho, resulta entretenida y es fácil de digerir, tanto como de olvidar.
