Amsterdam es la película más esperada de David O.Russell después de un largo periodo de tiempo sin estrenar nada en pantalla grande. Y aunque Amsterdam podría parecer la película que tienes que ver de manera obligada, hay que decir que David O.Russell no va a satisfacer las espectativas de todos y he aquí el motivo.
7 años, ni uno más ni uno menos. Ese es el tiempo que ha tardado David O. Russell en volver a colocarse detrás de una cámara, algo que no hacía desde la infravalorada Joy. Eran muchas las ganas de que David O. Russell volviera a colocarnos frente a una historia tan difícil de creer como difícil de ignorar. Los que hayan visto American Hustle saben exactamente a qué me refiero.
Pero, ¿cumple Amsterdam con las espectativas generadas por un público que todavía celebra el cierre de El lado bueno de las cosas, un público que sigue perdiéndose por la increíble fábula de estafas que es La gran estafa americana? Aquellos que juraron lealtad a David O. Russell, viendo siempre el lado bueno de las cosas en su cine, aquellos que se convirtieron en El luchador incansable del trío de excepción que resulta ser O. Russell, Bale y Lawrence, aquellos que veían en ellos a Tres reyes, ahora se preguntan: ¿Qué ha pasado?
Amsterdam: Lo mejor y lo peor
Amsterdam tenía todo para ser puro entretenimiento, pero por una serie de Extrañas coincidencias, la película Amsterdam acaba Flirteando con el desastre y a estas alturas los 97 millones de dólares que la productora ha perdido en taquilla no son Secretos íntimos algunos, sino más bien perdidas de ese loco Accidental Love de Hollywood con un David O. Russell demasiado pagado de sí mismo.
Amsterdam resulta tan decepcionante como épica. Grandiosa en su casting, en su trama y sobre todo en su presupuesto pero minúscula en originalidad y entretenimiento.
Falto de personalidad, como si tratase de copiarse a sí mismo a la vez que intenta emular la belleza narrativa y esplendorosa del Baz Luhrman más lúcido o la agiligad narrativa y envolvente de Damien Chazelle, el director ofrece un pastiche difícil de digerir, alargado hasta la extenuación del aburrimiento, a veces confuso y siempre indiferente en el que poco o nada importa el misterio a resolver.
No se puede culpar a los actores, geniales en su totalidad. Christian Bale, Margot Robbie, Rami Malek e incluso Taylor Swift y un largo etcétera de estrellas de primer orden ofrecen la mejor actuación que se les puede pedir. Muy teatrales todos, muy dramáticos y muy caricaturescos en ocasiones.
La historia, sobre el papel pinta bien: dos soldados y una enfermera, parias de su sociedad, investigan un enrevesado misterio que implica la mayor conspiración de la Historia, una cuya veracidad se sigue poniendo en tela de juicio hoy en día y que de haber llegado a ejecutarse hubiera cambiado el mundo tal y como lo conocemos.
Personajes estrambóticos, romances, dramas, traiciones, muertes, humor negro, política, música, viajes y conspiraciones por doquier son los ingredientes de esta historia concebida con demasiada prepotencia por un cineasta que quiso jugar a ser quien no era detrá de la cámara.
Así pues, y con un cast brillante, un guión digno y lleno de giros inesperados y un presupuesto de escándalo, David O.Russell fracasa de pleno con un metraje exasperantemente largo que invita a la deserción sin que la curiosidad por resolver el misterio o ver cómo acaban los protagonistas interese lo más mínimo.
La narración es atropellada, confusa, exagerada en sus formas y a veces hasta consigue marear al espectador en su obsesión por hacer del uso de las cámaras un arte al usar infinitos planos en la escena más mínima. Prepotente en su forma, petulante a más no poder e inspirada por la prepotencia de querer incluir todo y más: giros de cámara, planos imposibles, centenares de personajes entrando y saliendo, diálogos pretenciosos y forzados y una forma barroca que espanta más que entretiene.
Eran muchas las espectativas que tenía pero más han sido las veces que me he planteado abandonar el visionado de la película, si que me importara lo más mínimo cómo acabase. Qué desperdicio de recursos e ideas.
Amsterdam: Final explicado
Para aquellos que opten por ver esta cinta y al final de la misma se queden con el extraño pensamiento de que algo se les ha escapado, he aquí el final explicado de la película Amsterdam de David O. Russell. La película concluye con el trío protagonista salvando al mundo, o más concretamente a USA de un intento de dictadura al más puro estilo Mussolini y, por fin, con el triunfo del amor. Pero, ¿cuál es el mensaje final de la película Amsterdam? El final explicado de Amsterdam es que la avaricia acaba corrompiendo a la sociedad, llevándola a obsesionarse con lo material y haciendo que las clases más pudientes y a menudo poderosas no encuentren nunca saciedad en su intento por acumular cada vez más poder. El otro gran mensaje de la película es la manipulación que mediante la política se ejerce sobre la sociedad, el pueblo, el motor del país y elemento a explotar en beneficio de los más poderosos.
Es al pueblo al que se manda a morir en guerras absurdas, guerras iniciadas por meros intereses políticos que se traducen en más dinero y poder para los que ocupan los altos cargos y que nada tienen de patriótico o noble. Al pueblo es al que se le adoctrina mediante la manipulación de mensajes que provienen de los labios de sus héroes, ignorantes de que dichos héroes son meras marionetas de los sectores más pudientes, meros transmisores de un mensaje podrido y venenoso que recitan como propio a cambio de unos miles de dólares.
Amsterdam: Final explicado
El intento desesperado por entretener a las masas con conflictos menores que enfrentan a colectivos entre sí mientras les distraen a todos de lo importante, de los actos corruptos que realizan los poderosos por una avaricia que nunca cesa. Los líderes del país son, para David O. Russell, los magos de Oz, aquellos que se ocultan tras una cortina de mentiras y magia que nada tienen de encantador. Basta atreverse a correr la cortina para ver la verdad, pero, ¿queremos ver la verdad? ¿o preferimos vivir felices en nuestra ignorancia?
También habla la película de la importancia de saber quiénes somos, más allá de lo que diga nuestro color, edad o dinero. Porque al final todos somos personas, personas hechas para amar. Porque es el amor el que nos salvará siempre.
