CRÍTICA de VALERIA (Netflix) – ¿Cuántas Bridget Jones necesitamos?

La premisa de Valeria (Netflix) es la siguiente: la tal Valeria (Diana Gómez), protagonista de la serie de Netflix y personaje extraído de las novelas de Elísabet Benavent, no es sino una escritora en plena crisis profesional y de creatividad, a la que tampoco le está yendo muy bien en el amor.

Sin un duro en la cuenta bancaria, y con los ánimos por los suelos, Valeria recurre a sus mejores amigas Carmen, Nerea y Lola para evadirse. Y como no podía ser de otra forma, será un hombre (Maxi Iglesias), quien llegue para intentar romper la monotonía de su aburrido matrimonio.

Como mujer, con Valeria (Netflix) siento una vez más que mi inteligencia es insultada. Siempre que surge una historia para mujeres, me cuentan la misma historia: la de Bridget Jones, que, a su vez, está basada en la historia de Orgullo y prejuicio.

Llevo viendo la historia de Orgullo y prejuicio o Bridget Jones más de 30 años, desde los años 80, cuando se empezó a reutilizar de forma masiva este concepto.

Y desde entonces, no ha parado. Estoy harta, cansada de que me cuenten una y otra vez la misma historia con los mismos estereotipos y el mismo esquema predecible.

¡Que dejen a Bridget Jones en paz! ¡Que traigan personajes nuevos, diferentes!
Necesitamos villanas, heroínas, y sobre todo, mujeres independientes que no necesiten a un hombre.

El esquema de toda comedia romántica o novela romántica moderna para chicas es la historia de Bridget Jones, es decir, una chica que tiene un sueño que suele ser, o bien escribir, o tener una cafetería, o tener una pastelería. No existen más opciones en este tipo de historias para las mujeres.

Luego está el personaje. El personaje suele ser una copia de Bridget Jones: un personaje simpático con una vida desastrosa, cuyo grupo de amigos está compuesto de:

• El homosexual (o lesbiana) insultantemente estereotipado, que se encarga de aportar los chistes y el tono gracioso a las escenas (lo cual, por cieto, a día de hoy debería ofender al colectivo homosexueal).
• La hermana mayor o amiga perfecta: es pluscuamperfecta, es delgada, tiene una buena familia, un buen trabajo, y el respeto de sus padres, aunque no es tan feliz como debiera.

• La amiga alocada: la que trasnocha y vive una vida compeltamente loca, y que alterna la tragedia con el drama en su vida.
• El jefe (o, en su defecto, la harpía): es un cretino (o cretina) que no le pone las cosas fáciles a la protagonista.
• La madre: la figura de la madre no puede faltar en estas historias, viva o muerta, y que suele tener una gran influencia sobre la hija, y en la mayoría de las ocasiones suele criticarla.

Y en escena suelen entrar dos chicos:

• El chico en apariencia ideal: pero que más tarde se demostrará que es un cretino (como Wickham en Orgullo y prejuicio, Hugh Grant en Bridget Jones, o incluso hasta Hans en Frozen, de Diseny), o bien es una pareja insulsa, como en el caso de Valeria.
• El chico no tan perfecto en una primera impresión: ejerce de gran amigo, y todos sabemos que, finalmente, acabará siendo la pareja de la protagonista. Sería el caso de Maxi Iglesias en Valeria.

Y estamos cansadas: ¿por qué no pueden contar historias dedicadas a mujeres que no sean la historia de Bridget Jones? ¿Por qué no crean más personajes como el de Fleabag, que aunque si bien está basado en Bridget Jones, es irreverente, es complejo, y despierta tanto odio como simpatía? ¿Por qué no puede haber personajes diferentes como Elaine, de Seinfeld, que era un personaje femenino completamente diferente a lo que existía?

¿Por qué no crean personajes diferentes como Dexter Morgan, Walter White, o Homer Simpson en versión femenina? Solo pido que cuando se haga una serie destinada a mujeres, se haga en una variedad distinta a la ya ofrecida. Porque resulta insultante para el público que solo haya copias de los mismos personajes una y otra vez. ¿No?

Resulta insultante tanto para el sector feminino como para el sector homosexual, que suele exponerse con clichés en este tipo de historias. Y para todos en general. Que se inventen personajes e historias diferentes.

Y que tampoco hagan, por favor, Sexo en Nueva York, porque esa es la historia que se está contando recientemente en bucle. Y dicho sea de paso, también es una historia muy machista, que ha conseguido que las mujeres se comporten como querrían los hombres, y eso no es empoderamiento, sino caer en la trampa de considerar que renunciar al romanticismo, al amor, al cortejo y a la magia es empoderarse. Y ya se ha contado también demasiadas veces.

Para que se vea que no es misión imposible crear una serie femenina con historias diferentes, he aquí algunos ejemplos brillantes que no recurren a estos clichés:

• Weeds
• Enfermera Jackie
• Veep
• Elaine, de Seinfeld
• Mujeres desesperadas
• Big Little Lies
• The Morning Show

Las mujeres nos merecemos algo diferente.