Criticada por muchos por no ser la historia original y subversiva que cualquier cinta de Taika Waititi promete ser siempre, ‘El peor equipo del mundo’ es un drama en clave de comedia con final feliz garantizado desde el minuto 0, que si bien no sorprende sí entretiene y divierte. Simple y efectiva.
Taika Waititi nos ofrece un drama sin dramas, ni villanos, ni conflictos. Nos encontramos ante un grupo de personajes sin sombras, movidos siempre en los márgenes de lo políticamente correcto, tan felices y optimistas que parecen sacados de Aldea Pitufo. Y como en la villa pitufo, aquí los caracteres se definen por etiquetas y todos los problemas parecen ser cosa de broma. El tono adulto lo pone Michael Fassbender, un papá Pitufo algo malhumorado que decide, como el Grich, abrir su corazón y aplicar el «be happy, don´t worry» como mejor terapia y solución a cualquier problema.
No hay espacio para el drama o la tensión o la emoción porque el espíritu despreocupado y optimista de los personajes se contagia desde el minuto cero, así que poco o nada importa si el peor equipo del mundo consigue su objetivo de marcar su primer gol, una vez empieza la cinta el espectador se deja llevar por una inyección de buen rollo y humor simple que cumple su misión: entretener.
Así pues, con una narración ágil y dinámica basada en el humor y el feel good movie, este cuento con moraleja diseñado para satisfacer al mayor número de espectadores posible es esa pildora de felicidad que Taika Waititi nos regala. El problema de dicha fórmula mágica, capaz de insuflar felicidad en pocos minutos, son sus ingredientes: previsibilidad, esquemas ya usados hasta la saciedad, abuso de los clichés y la renuncia expresa de frescura, originalidad y descaro que esta historia merecía.
- Lo mejor: Las caras de Michael Fassbender, en constante estado de shock por lo surrealista de los acontecimientos. Ver a Fassbender en una cinta tan desacomplejada es un soplo de aire fresco para sus incondicionales, acostumbrados a ver al actor entregado a personajes atormentados o en tensión completa.
- Lo peor: La decepción de no encontrarse nada nuevo, nada que se atreva a ser diferente y el más profundo sentimiento de saber que durante los minutos que dure la película no habrá sorpresas, ni emoción, sólo un constante sentimiento de ‘hakuna matata’.
