The Flight Attendant es la nueva serie de Kaley Cuoco, un festival de muecas, escenas surrealistas y litros de alcohol que te encantará si tienes 12 años. La historia, ya muy explotada, se antoja infatiloire y sin una base narrativa o argumental que la sostenga. Kaley Cuoco, por su parte, en su sobreactuada interpretación, se dedica a ofrecer un variopinto show de gestos, muecas, risas y llantos sin aparente ton ni son.
Los clichés que versan sobre el mejor amigo gay de la protagonista pudieran llegar a resultar ofensivos. ¿En serio no hay otras formas de mostrar a un amigo gay que la de persona súper superficial? De igual modo, el rol de mejor amiga de la protagonista cae en los arquetipos clásicos de las comedias románticas: una mujer que antepone las necesidades de su amiga a su propia vida.
La serie parece hecha para satisfacer el capricho de una preadolescente de 12 años. Resulta sencillo imaginarse las peticiones de Kuoco: Para mi personaje quiero modelitos súper fashion, peinados súper fabulosos y que todas las chicas que la rodean la envidien o quieran ser su mejor amiga. También quiero que todos los chicos que salgan vayan detrás de mi personaje y quiero un montón de escenas en lugares súper exóticos, con vestidos, hoteles y coches de lujo.
Ah, y que salgan conejitos, cuantos más conejitos mejor. Y que no se os olvide que mi personaje siempre debe estar en escena y cuando no aparezca todo el mundo deberá preguntarse dónde está. Y por supuesto, no pueden existir otras tramas, nada de entretener al espectador con historias secundarias de otros personajes que no sean el mío. Esto último es súper importante, todo debe girar en torno a mí.
Ah, y como es una serie moderna, quiero que haya diversidad, con personajes de todo tipo: asiáticos, latinos, afroamericanos, homosexuales… Eso sí, que todos estén relegados a personajes secundarios que no puedan eclipsarme. Y sobre todo, porque soy una mujer moderna, quiero que la figura masculina quede reducida al concepto más pueril: caras bonitas al servicio de las necesidades de la mujer.
Y como guiño a mi ex marido… ¿recordáis cuando me borré el tatuaje de mi primer marido dibujando una horrible polilla gigante encima? Pues quiero que la polilla salga un montón y que mi ex capte la indirecta: Te he borrado de mi vida.
En resumen, me cuesta tomarme en serio esta serie. Quizá sea porque no tengo 12 años o porque a su lado, la segunda película de Sexo en Nueva York es mucho más sesuda, pero no creo que sea la mejor opción para Kaley Cuoco ni para el espectador.