10 años antes de Kirk, 10 años antes de Spock, estuvo el Discovery. Más de medio siglo después de que la Enterprise sobrevolara la pequeña pantalla con el capitán Kirk y el vulcaniano más célebre de todos los tiempos, Spock, un nuevo elemento trekkie surca los confines de la caja tonta: ‘Star Trek: Discovery’. Y lo hace dispuesta a profundizar en un capítulo de la historia trekkie del que hasta ahora se desconocían demasiadas cosas: el momento en el que los klingon eran unos supremacistas radicales y bélicos, dispuestos a levantar armas ante cualquier intento de alianza o conciliación con cualquier raza que no fuera la suya.
Y así, en territorio hostil, y al lado de la persona que inició la guerra con los klingon, nos adentramos de pleno en la historia, a bordo de la USS Discovery, una nave de la Federación que nos lleva directamente hacia una inevitable, letal y brutal batalla espacial que desvelará el capítulo más oscuro y relevante de la historia de la Federación. Porque, y citando a la teniente Burnham, «si hemos llegado hasta aquí, sería una irresponsabilidad dejar aquello que nos es desconocido». Pero, exactamente, ¿cuándo transcurren los hechos? Una de las primeras cosas que hay que tener claras antes de subirse a la USS Discovery es el espacio temporal en el que se desarrollan las aventuras de la nave trekkie: la historia comienza una década antes de que el capitán Kirk se pusiera al mando de la legendaria USS Enterprise. Así pues, y compartiendo un mismo universo con la serie original, ‘Star Trek: Discovery’ cuenta entre sus divertimentos más frikis la inclusión de referencias a Spock y parte de sus orígenes, y la esperanza de poder llegar a ver a Kirk y a Spock en escena.
LA FLOTA (sigue en página siguiente…)