El CId es la nueva serie de Prime Vídeo, una adaptación de la historia de El Cid concebida al más puro estilo Juego de tronos que cuenta con Jaime Lorente como principal reclamo de masas.
Series de éxito y sus versiones españolas
Existe una broma popular en España que consiste en imaginar cuál sería la versión patria de una serie popular made in Hollywood. Hay quienes incluso lo llevan a la práctica. Ejemplo de esto último son las versiones castizas de Cheers, donde el ingenio del camarero con más estilo y el psiquiatra más snob de la pequeña pantalla recaían en Alberto San Juan y Antonio Resines; Matrimonio con hijos, con Daniel Retuerta, Elena de Frutos (Lolo y Cristina en la serie Compañeros, respectivamente) y otras celebridades varias menos populares para el sector medio; Betty la fea, con Ruth Nuñez extrapolando su papel de Tanja en Compañeros al de patito feo. No nos olvidemos de Gran Hotel, ese intento de adaptar la sátira británica y mordaz de Downton Abbey con Concha Velasco emulando a Maggie Smith. Y que nadie deje de mencionar Galerías Velvet, la versión castiza de Galerías Paraíso con Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre como principal reclamo.
Otros intentos más sutiles de llevar a escena ficciones de éxito anglosajón han sido Élite, hija bastarda de Por 13 razones y Gossip Girl, las principales series de las que parece emanar y que encuentra su fórmula de éxito en ofrecer a adolescentes viviendo vidas adultas. También UPA nacía de una ficción extranjera, la archiconocida Fama.
Y, quizá la que menos éxito alcanzó (ni siquiera llegó a emitirse el capítulo final): No soy como tú, la versión castiza de Crepúsculo con Alexandra Jiménez y Nicolás Coronado ejerciendo de Carlisle y Edward Cullen, respectivamente.
Mención honorífica merece el cast imposible de Breaking Bad que llegó a hacerse viral y que estaba encabezado por Antonio Resines, Mario Casas y Michelle Jenner. Así pues, y dicho esto, se une ahora a la lista El Cid, una historia de origen patrio contada para que parezca lo que no es, o sea: Juego de tronos.
El Cid de Prime Vídeo vs Juego de tronos
Intencionadamente o no, la serie es un burdo intento de trasladar el encanto y la magia de Juego de tronos a una historia de origen patrio, la del Cid. Pero lo cierto es que no lo consigue, y no lo hace por varios motivos que a continuación paso a enumerar.
El Cid: Pros y contras
Demasiados personajes e hilos argumentales. Una de las claves narrativas de Juego de tronos fue saber presentar las historias y los personajes, sin prisas y otorgándoles un marco narrativo propio en el que pudieran desarrollarse. Recordemos que hubo personajes que no llegaron a concurrir nunca en escena.
En El Cid, en cambio, parece que la prisa por demostrar que la suya es una historia llena de tramas y secretos hacen que todos los personajes choquen entre sí en escena, mareando al espectador y haciendo que las acciones o argumentos de estos carezcan de la justificación debida.
¿El Cid ama a Jimena? ¿Sancha quiere traicionar a su marido? ¿El Conde quiere matar al Rey? Todas estas preguntas se responden pero no se justifican.
En ocasiones veo a Lannisters. Esa es la sensación que me da cuando veo la serie, que en ocasiones veo las versiones castizas de la familia que siempre paga sus deudas.
Ofrecernos el romance de Urraca y su hermano al más puro estilo Jamie y Cercei, poner al Cid como el Cuervo de los tres ojos y su habilidad mística para hablar con los pájaros, y recrear escenas como el banquetee de bienvenida de los Stark a los Lannister, el juicio de Joffrey aquí representado por Alfonso, o dibujar a personajes como el Conde o Don Bernardo como a los Meñique y La Araña de la época, y de igual modo introducirnos a Urraca como una moderna feminista al más puro estilo Arya Stark, o a El Cid como a un intrépido Jon Nieve… Todo ello, fórmulas que no solo no convencen sino que desproveen de personalidad propia a la ficción.
El Cid: Un casting cuestionable
Punto y aparte son algunas de las interpretaciones. Jaime Lorente y Pablo Álvarez, como El Cid y Orduño, respectivamente, son las más destacadas en un debate sobre si de verdad no había otro actor mejor para dichos roles. No entro a debatir la calidad de sus puestas en escena para que el espectador que no las haya visto se divierta descubriéndolas por sí solo.
Los plot holes son otro de los puntos flojos de esta serie patria. Cómo un simple paje consigue colarse en los aposentos de las estancias reales, cómo es posible que el Rey no lleve guardias que le protejan en los momentos más críticos, por qué Orduño no advierte a su padre sobre el Cid, qué necesidad había de hacer eso o aquello…
El Cid: Una historia que no conquista
El problema de esta serie es que es fácil dejar de prestar atención a la historia y a los personajes. No nos importa qué le pase a los personajes o quién gane o pierda su batalla porque no nos han presentado al Cid, ni a Jimena, ni a Orduño, ni a Sancha, ni a Fernando… Tampoco nos han expuesto sus posiciones. Que gane uno u otro nos da igual. ¿Por qué es más malo uno u otro? ¿Por qué debo deducir que un personaje tiene más o menos razón?
Se añade a los puntos negativos de la serie que intentar entender qué dicen es todo un reto, ya que la vocalización sigue siendo el gran estigma de los actores españoles. Otro desafío más sencillo es ver qué personajes, tramas y escenas de Juego de tronos han intentado recrear, plasmar o plagiar sin descaro alguno.
El Cid y otras alternativas épicas
Quiero decir que no la vean, pero sería injusto que no la juzgasen por sí mismos. Pero si buscan una aventura épica medieval con elementos místicos acudan a Juego de tronos y si lo que quieren es sumergirse en el universo del Cid vean El Cid, la película protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren. O si lo que prefieren es reírse busquen la cinta El Cid cabreador, una comedia con Ángel Cristo y Carmen Maura como Rodrigo Díaz de Vivar y Jimena, en la que el humor es la clave. Incluso les recomiendo que vean El Cid: La leyenda, la cinta de animación de José Pozo, con Manel Fuentes poniendo voz al Cid y Loles León y Natalia Verbeje como las voces de Urraca y Jimena. No obstante, si pese a todo, aún así sienten curiosidad, adelante, vean El Cid y juzguen por sí mismos.