¿Merece la pena ver Thor: Love & Thunder? Sobra metraje, sobra drama, sobran bromas tontas, sobra Natalie Portman, sobra sentimentalismo, sobra acción, sobra todo menos Thor.
El Dios del trueno se echa de menos en escena, y no porque no salga sino porque la representación de Chris Hemsworth en esta última versión del Dios Vikingo resulta más una parodia infantiloide de Disney Channel que el súper héroe de los cómics que todos adoramos.
Respeto y valoro el intento de Taika Waititi de intentar crear algo nuevo pero le ha sobrado presupuesto y prepotencia.
La película se antoja larga y aburrida casi desde el principio. Cada minuto pesa y se hace eterno. Y no es culpa de los actores sino de la narración, más preocupada de hacer alarde de presupuesto y efectos pirotécnicos que de contar una historia.
Alargada de manera artificiosa y rellena de bromas infantiloides, la historia parece un chicle estirado hasta límites insospechados que intenta abarcar demasiado para al final no profundizar en nada.
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Es una lástima, más aún es un drama y un horror, que en tiempos actuales se invierta el dinero en estos elementos de entretenimiento artificioso y absurdo en vez de en cine de verdad.
Dicho esto, que nadie me acuse de no amar el género de súper héroes. Me declaro fan confesa del Batman de Tim Burton, todos los Superman existentes y por existir, el Peter Parker de Sam Raimi y joyas como el Joker de Joaquin Phoenix. Y, en materia Marvel, me entretuvo Capitán América: El primer vengador, Thor y Los Vengadores. Pero hasta aquí llega mi lista porque la obsesión por explotar y mercalizar este género ha dado lugar a varios esperpentos aburridos e infantiloides.
