Se cumplen 40 años de la mejor película sobre boxeo y el sueño americano: ‘Rocky’. Celebración que me ha llevado a rebuscar entre mis películas para volver a revivir esa, ya épica, historia. Y, sin remedio, he acabado viendo, una tras otra todas, las seis entregas de Rocky. Lo cual me ha inspirado para este artículo, en el que he decidido rendir homenaje, no sólo a una gran historia, sino a uno de mis héroes de acción favoritos, que no es otro que…¡Silvester Stallone! Porque no hay paso del tiempo, sentido del ridículo, o límite alguno para él. En edad de jubilación sigue dando guerra, y lo hace como le da la gana.

40 aniversario de Rocky

En mi más tierna infancia consiguió conmoverme con Rocky, y aun hoy siento la emoción del combate cuando vuelvo a visionar la inolvidable cinta. Sly (nombre con el que se hace conocer en sus círculos de confianza) ha marcado un estilo, y eso no lo puede decir cualquiera. Astro rey de una época, es el único de esa generación que demuestra que el cine es una pasión incombustible que (al igual que él) nunca muere. ¿Y qué, si Hollywood le considera un juguete roto con el que no jugar? Él sólo se basta y sobra para romper la taquilla con Rocky Balboa, Los mercenarios, o John Rambo. Trabajos últimos en los que, y no es la primera vez (Staying alive: la fiebre continua), asume la dirección, guión, e interpretación.

Actuar fue lo único que pidió a cambio de entregar gratuitamente el guión de Rocky

Silvester Stallone, pese a las muchas (y excesivas) criticas que pueda llegar a recibir, Y ya sean justificadas o no, es parte imprescindible de la historia del cine. Su estilo marco una generación y una forma de hacer películas. Su carrera, con sus errores (Demolition man) y aciertos (Tango y Cash), es todo un símbolo de pasión indestructible por contar historias. Si, puede que no esté en la lista de los mejores actores, puede que ni siquiera se lo haya propuesto, o que simplemente le dé igual, pero Stallone ha tenido siempre las ideas muy claras, él simplemente quiere actuar, y eso fue lo único que pidió a cambio de entregar gratuitamente el guión de Rocky, actuar, en este caso para dar vida al Potro italiano.

Rocky consiguió conmover al frío Estados Unidos y a los estrictos miembros de la Academia, quienes le otorgaron 10 nominaciones a los Oscar

Y la película triunfó. Una de las historias más simples y repetidas en el cine, triunfó pese a tener unos personajes tremendamente estereotipados, y explotar descaradamente la mezcla entre drama y hombre de a pie cumpliendo el sueño americano. Pues bien, lo repetiré una vez más: la historia triunfó. Y lo hizo porque la ilusión con la que fue concebida traspasa la pantalla, porque la entrega de Stallone en intentar hacerlo lo mejor posible es tanto o más conmovedora que la propia historia de Balboa, porque la simpleza de sus planos, de sus diálogos, de sus imágenes, de su historia, simplemente conmueve. Y sinceramente, no veo pegas que ponerle a esta cinta.