Crítica de Crepúsculo: Amanecer (parte 2), la saga de vampiros protagonizada por Robert Pattinson, Taylor Lautner y Kristen Stewart.

Robert Pattinson y Kristen Stewart en
Robert Pattinson y Kristen Stewart en «Crepúsculo»

50 sombras de Pattinson

Cuando el último de los fotogramas de la cinta desapareció en la gran pantalla negra pude ver con claridad cuál era el gran problema de la saga Crepúsculo:la obra posee muchas más pegas de las que cualquier blockbuster pueda soportar, al menos para cualquier persona que se considere adulta.

Por tentador que resulte desangrar la anodina trama o el infantil argumento, mucho más justo resulta juzgar la obra como el producto que en verdad es, un producto creado para el público infantil (y mayoritariamente femenino).

Por todo ello, y con el fin de no convertir en una hemorragia de quejas y críticas el siguiente texto, me dispongo a aplicar los barómetros que usaría con cualquier otra obra destinada al entretenimiento infantil.

Así que, hagamos como si nada de lo anterior hubiera sido mencionado, y centrémonos en Amanecer. Parte 2, una hermosa fábula que gustará al sector más menudo por la simpleza de su argumento y la falta de complejidad en la trama. Además, y para disfrute de todos, la cinta recoge un sinfín de escenas en las que valores como la familia, el valor, la justicia y la amistad quedan vanagloriados a fin de inculcar a los más pequeños la importancia de decir siempre la verdad y ser una buena persona. Pese a carecer de momentos musicales propios de otras cintas para niños,los más pequeños podrán entretenerse con la aparición de hombres lobos o vampiros cuyos poderes recuerdan más a un superhéroe que a un ser terrorífico.

Los vampiros no brillan

Y, para ayudar a desarrollar la creatividad y estimulación de los más pequeños, la fotografía se presenta impecable y arrebatadoramente hermosa en lo que en resumen podría calificarse como un hermosos cuento de hadas ideado especialmente para niñas en el que poco o nada sucede y en el que poco o nada se ofrece, a excepción de una sucesión de idílicas imágenes románticas.

Así que, olvida el amanecer de malas críticas que la cinta seguramente albergue, porque seguramente ninguna de ellas se haya parado a pensar que la obra es un cuento para niñas de no más de doce años. Y por tanto, como tal ha de ser juzgado. Aunque, y lo confieso, enumerar las cientos de pegas que la obra posee es altamente tentador (e injusto).