Las moradas con más encanto del cine, residencias del terror en sus más diversas manifestaciones

Harrison Ford y Michelle Pfeiffer en «Lo que la verdad esconde»

El cine lleva décadas mostrando casas habitadas por inquilinos de excepción: devotos hijos (Psicosis), fantasmas que desconocen que lo son (Los otros) o perfectas novias (Ojalá fuera cierto). Y todos ellos comparten siempre lo mismo: un oscuro secreto.

Si los más extraños e inexplicables ruidos y fenómenos empiezan a hacer acto de presencia en una, en apariencia, idílica casa, no lo duden, un ingenioso guionista anda detrás de todo

Por todo ello, si los más extraños e inexplicables ruidos y fenómenos empiezan a hacer acto de presencia en una, en apariencia, idílica casa, no lo duden, un ingenioso guionista anda detrás de todo. El cine lleva mucho tiempo alojando a todo tipo de personajes en distintos hogares y todos ellos, encantados o no, acaban siendo residencia del terror en sus más diversas manifestaciones.

La cara oculta del amor

De entre todos los ejemplos cinematográficos posibles, Lo que la verdad esconde y La cara oculta destacan por la relevancia de la infidelidad y el engaño como temas comunes. Ambas comparten, además, escena de terror en el baño (esto último, algo imprescindible en toda obra del género que se precie, desde el estreno de la inolvidable Psicosis).

Otro de los filmes a destacar es La habitación del pánico, donde Jodie Foster, al igual que la protagonista de La cara oculta, decide por voluntad propia meterse en una habitación secreta. Y si bien la primera lo hace para salvar su propia vida y la de su hija (una joven Kristen Stewart), la segunda lo hace con el único propósito de poner a prueba a su amado novio, algo que, como ya ha demostrado el cine en numerosas ocasiones (Chloe), siempre acaba mal.

Sin embargo, no todas las casas dan el mismo miedo. Un ejemplo de esto último es La casa encantada, protagonizada por Eddie Murphy, donde un espíritu enamorado pretendía recuperar a su amor perdido, eso sí, de una forma muy divertida.

Y es que no hay mayor peligro que un enamorado enfadado, despechado, y condenado al olvido por su antigua pareja

Así pues, y de entre las películas mencionadas, la pluma que firma este artículo se decanta por Lo que la verdad esconde sabe seleccionar lo mejor de cada una, implantando la duda y la intriga en aquellos huéspedes que decidan cruzar la puerta. Y es que no hay mayor peligro que un enamorado enfadado, despechado, y condenado al olvido por su antigua pareja.