‘La unidad’ es ese extraño divertimento al que llegas por casualidad y sin saber cómo ni por qué acabas viendo del tirón. Con un entramado complejo de personajes, tramas e hilos argumentales, ‘La unidad’ se mueve a medio camino entre ‘El comisario’ y ’24’. Con un innegable toque español y una producción que intenta crear una serie global, la ficción se centra en un caso a contrareloj.
Como si de una cuenta atrás se tratara, los personajes intentarán resolver un puzzle antes de que sea demasiado tarde. Porque aquí lo importante es el éxito de la misión, la vida de los personajes pasa a un segundo plano para meter de lleno al espectador en una misión en la que cada segundo cuenta.
Quizá le falte el frenetismo que sólo Jack Bauer puede darle, y quizá le falte ese qué sé yo que yo qué sé que haga que sintamos el más mínimo atisbo de emoción desde el sofá. Pero es entretenida, está cuidada, e incluso ofrece el divertimento de mostrar una Madrid reinventada en pro de los efectos especiales.
Con un cast lleno de caras conocidas, como Fele Martínez o Nathalie Poza, se echa de menos a Luis Zahera en escena, siempre tan expresivo y capaz de llenar cualquier vacío con su presencia.
El ritmo ágil y efectivo de su narrativa se debe a la moderna costumbre de que las series ahora se dividan en no más de 6 u 8 episodios, algo que agiliza la narración y, en este caso, te mantiene sentado en el sofá, encadenando un episodio tras otro.