Las confesiones secretas de Ava Gardner

Secretos, revelaciones, confesiones, y todo un delicioso torbellino de sucesos de índole escándalo-eróticos resonaban por las viciadas calles de Hollywood cuando Gardner era la diva de Hollywood. El hallazgo de las memorias de Ava Gardner, provocativo y demoledor torbellino emocional, evidenció nuestra naturaleza más curiosa, aquella que nos lleva a preguntarnos qué llevó en 1988 a Gardner a telefonear a Peter Evans (un periodista no demasiado destacado del momento) para relatarle a bocajarro, y sin censura, la historia de su vida.
Querido, estoy en bancarrota. O escribo mi biografía o vendo mis joyas. Y francamente, amo demasiado a mis joyas

“Querido, estoy en bancarrota. O escribo mi biografía o vendo mis joyas. Y francamente, amo demasiado a mis joyas”. Éstas fueron las palabras con las que Ava sorprendía a Evans al confesar a éste su intención de vender un libro con el que salir de la ruina. Y así, en un tono que el periodista percibió al principio como jocoso y poco serio, Gardner arrancaba el que será en breve un nuevo best-seller. Todavía impresionado por el grato honor que suponía ser el biógrafo de la diva, Evans transcribió el confeso acto de infidelidad de la actriz hacia su marido Mickey Rooney, al que engañó con Robert Mitchum. Después de todo, “Con él llegó el escándalo”, ¿no?

Bueno, con él y con Frank Sinatra. Pues si bien Sinatra siempre mostró gran afecto por su esposa, Ava no dudó en torear a “La Voz” en tierras patrias. Eso sí, siempre acompañada de “picadores” con experiencia en aquello de enfrentarse a elementos de destacada cornamenta (los toros, se entiende). Y es que parece ser que Gardner encontraba atracción en la matanza de animales. Ay, Ava que estás en los cielos, tú que fuiste conocida como “el animal más bello del mundo”.Como destacada defensora de los derechos de los animales que soy, te diré que (y sin rencores): ¿Cómo pudiste sentir atracción por dicha barbarie?

Porque, después de todo, Ava es mucho más que la mujer que consiguió obsesionar a Howard Hughes, quien le llegó a pedir matrimonio en incontables veces. Gardner es esa actriz poderosamente trágica y eternamente perdida en la fragilidad y fuerza de un carácter sin igual. Ella, la mujer posiblemente con más personalidad de su época, enamoró a cuantos la conocieron.

Y como muestra de lo anteriormente dicho, me despido con la curiosa anécdota con la que se inició el romance entre Sinatra y Gardner, y que empieza con Sinatra en un restaurante acercándose a la mesa del matrimonio Rooney-Gardner, a quienes se dirige para decir: “Ava, si me hubieras conocido a mí antes que a Mickey, ahora estarías casada conmigo y no con él”. Tiempo despues, Sinatra y Ava acabaron casados. Y sí, después Gardner le rompió el corazón cruel e injustificablemente a Frank, pero es que Ava Gardner siempre fue demasiado Ava Gardner incluso para ella misma, quien acabo muriendo arruinada, frustrada y sola.

• Desayuno con diamantes, un clásico atemporal