Pelucas, vírgenes, «chonijas» y el momentazo más lacrimógeno de Mercedes Milá fueron algunos de los ingredientes de una edición de ‘Gran Hermano’ que no será lo mismo sin Mercedes Milá. 

El lento paso de los minutos

La primera gala de ‘Gran Hermano 17’ se me antojó aburrida, lenta y soporífera. Y aunque Jorge Javier Vázquez no lo hizo todo lo mal que cabía esperar (e incluso estuvo simpático), la alegría, espontaneidad y bendita locura de Mercedes Milá se echó en falta en todo momento. Porque, ¿alguien más piensa que Jorge Javier parece un niño de primaria cuando está leyendo el teleprompter?

Porque a Jorge Javier le falta sentido del ridículo, la estrella de ‘Sálvame’ se mostró incómodo y desubicado la mayor parte del tiempo, contagiando su aburrido espíritu a la gala, que parecía no acabar nunca. Y que, al grito de «esto es broma» sometía a los concursantes a crueles mentiras. ¿Crees que exagero? ¡Un concursante se cogió una rabieta y empezó a llorar en el confesionario cuando, de broma, le dijeron que no era concursante, sino aspirante a concursante!  (Se nota aquí el buen trabajo de los psicólogos que participan en el casting, eligiendo sólo a personas maduras y no pobres criaturitas que ofrezcan un circo de emociones para burla y divertimento del espectador).
Otras bromas de la noche fueron decirle a una concursante que le regalaban un caballo, o ir haciendo creer a la mayoría que eran finalistas de ‘Gran Hermano 17’. La cuestión es: ¿dónde está la gracia de todo esto?

Los concursantes de siempre

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Que los concursantes de ‘Gran Hermano 17’ sean raritos ( o especiales, que suena más digno) es una de las grandes bazas del reality. Y por ello ‘Gran Hermano 17’ empezó la gala presentando en orden de frikismo a sus participantes, entre los que (una vez más) reina el cliché, y entre los que destacan: un tipo que, al más puro estilo Amanda de ‘GH 16’, hace lo imposible por aparentar ser hermoso (¿quién dijo que Telecinco no promueve valores morales entre sus espectadores?), un ser autodenominado «genéticamente perfecto» enamorado de sí mismo (¿alguien más piensa en Ricky de ‘GH 16’?), una «chonija» (o sea, una choni con tendencias pijas), dos «súper amigas» y dos amiguísimos del alma, al más puro estilo «las primas» y «los primos» de la edición de Paula «Piña bebé», una virgen con orgasmos cerebrales (y ya van dos en la historia’GH’) y mucho aspirante al trono de ‘Mujeres y hombres y viceversa’. Así pues, la pregunta es: ¿Alguien más tiene la sensación de que cada año vuelven a entrar, una y otra vez, los mismos concursantes?

El momento en el que Mercedes se derrumbó