
Eso es. Vamos allá. La última partida. Lo que hagas ahora, decidirá si tu día de mierda se convierte en el último día de mierda, o solo en un día de mierda más.
Apuntadles a todos a la nuca. Bien. Ahora a la altura de la nariz para que al disparar, ¡pum!, quedan hechos todo un asco.
Y tú, ¿con cuál te quedas?