Crítica y análisis de Futurama, la obra a menudo infravalorada de Matt Groening, el creador de la delirantemente divertida Los Simpson.

[quote_box_left]Si existe un ser supremo de la animación, desde luego no se encuentra en posible criogenización. Matt Groening, dios indiscutible de la irreverencia animada creó la vida bidimensional en 1987 (Los Simpson), y once años después ideó un futuro para todos, y a éste le llamó Futurama, genial y mordaz serie sobre ciencia ficción, planetas prohibidos y reparto interplanetario.[/quote_box_left]

“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais… mutantes de alcantarilla con un solo ojo, robots con afición a cualquier pecado capital, y mascotas capaces de producir materia oscura”. Algo así debió argumentar Groening en 1998 ante la Fox cuando quiso propulsar su estelar obra a la pequeña pantalla.

Que el proceso de negociación fue el más arduo y doloroso de toda su vida es algo que confiesa el propio Groening, y que finalmente la cadena se decidió a emitir Futurama es un hecho indiscutible y celebrable. La gran tragedia llegó más tarde para muchos de nosotros cuando en 2003 la serie futurista se convertía en pasado televisivo debido a una incomprensible e injusta expulsión del paraíso televisivo.

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No obstante, y porque los amantes de lo fantástico siempre llevamos razón, la masiva audiencia que la obra recibió en su posterior reemisión en el canal Cartoon Network generó cuatro películas: Bender´s big score, The beast with a billion backs, Bender´s game y Into the wild green yonder(reconvertidas en la quinta temporada de Futurama) y garantizó el presente de la obra, que actualmente se encuentra en Comedy Central con una nueva y séptima temporada en plena emisión. Por lo que ¡larga vida a “Futurama” y a Fry, el origen de todo!

Después de todo, él se convierte en causa y razón de la trama cuando, momentos antes de la llegada del 2000, es congelado para, mil años después, despertar en el año 3000 e invitarnos a todos a descubrir los peligros, ventajas y vida extraterrestre que nos depara el futuro. Fry es también el encargado de, por medio de su inocencia e ignorancia, representar al individuo medio actual en pleno siglo XXXI, donde este representante directo de nuestra cultura actual conocerá a la mutante de sus sueños, Leela, la mujer de un solo ojo, y a su más fiel compañero de aventuras y otros disgustos interplanetarios, Bender, el robot sin óxido en la lengua.

PLANET EXPRESS, REPARTO ESTELAR

Si la trama inicial es ya toda una declaración de intereses de lo que Futurama ofrece, más aun lo son sus personajes, el más variopinto y esperpéntico grupo de seres asombrosos unidos por un único fin: ofrecer el más eficiente servicio de reparto galáctico a bordo de la nave espacial de Planet Express.

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[quote_box_center]¿Los integrantes de tan selecto grupo? Profesor Hubert J. Farnsworth (pariente lejano de Fry, inventor compulsivo y fundador de Planet Express), Amy Wong (descocada estudiante de ingeniería de origen marciano), Dr. John A. Zoidberg (médico incompetente con cierta semejanza a una langosta) y, por supuesto, el trío estelar: el formado por Fry, Leela y Bender.[/quote_box_center]

Estos, los grandes protagonistas de la obra son los encargados de representar los distintos roles necesarios en toda historia de ficción: el valiente y bravo héroe, la insegura e idealista damisela y el carismático y secundario amigo de ambos. Sin embargo, y porque Matt Groening así lo ha querido, en este caso los citados clichés se invierten, siendo Leela la indómita heroína, Fry el tipo a rescatar en todo momento y Bender el que se hace con la admiración y aplauso de todos gracias a su humor ácido y falto de edulcorantes. Este último, un robot hermético a cualquier sentido de la ética o moral, es también el más fiel (la mayor parte de las veces) amigo y compañero de piso de Fry.

BENDER, EL ROBOT QUE PUDO DOMINAR EL MUNDO (sigue en página siguiente…)