Crítica de Annie, el musical protagonizado por Cameron Diaz y Jamie Foxx sobre la huerfanita Annie.

Annie, el musical del año
Colorida, enérgica, jovial, vivaz, inesperadamente genial y contagiosamente alegre, ¡Annie es una inyección de contagiosa alegría y optimismo!
[pull_quote_center]Un melódico universo de canciones, sueños y finales felices que, en la línea de La pequeña princesa, hace del drama su elemento a explotar[/pull_quote_center]
Annie, un cuento de hadas
Will Gluck, responsable del episodio piloto de la extinta y excesivamente apta para todos los públicos, El show Michael J. Fox, la comercial (y previsible) Con derecho a roce, y la genial y mordaz comedia Rumores y mentiras, nos pierde en un melódico universo de canciones, sueños y finales felices.
Y es que, como si de la versión Disney de La pequeña princesa se tratara, Annie huye de todo carácter dramático para ofrecernos una edulcorada y comercial historia de Cenicientas y príncipes al más puro estilo Papá por sorpresa.
Jamie Foxx, un papá por sorpresa
Con un punto sobreactuado (y habitual en el actor), Jamie Foxx se convierte en un papá por sorpresa para Annie, la pequeña huerfanita a la que éste acoge bajo su tutela sin que nada ni nadie pueda evitar que ésta despierte sentimientos y ternura en el millonario escéptico al que Foxx da vida en la película. Este último, héroe y contrapunto a la mala malísima encarnada por Cameron Diaz.
Annie, un musical para disfrutar sin complejos y a pleno pulmón. Porque ver Annie es querer cantar todas y cada una de sus canciones
Cameron Diaz, una villana con glamour
En Annie nos encontramos con una genial Cameron Diaz demostrando lo que cintas como Bad Teacher o No hay dos sin tres ya evidenciaran: que no hay rol en el que la ex sex symbol luzca mejor que en el de pérfida y fría harpía descorazonada.
[pull_quote_center]Diaz se reinventa en Annie, demostrando así su habilidad en la comedia[/pull_quote_center]
Y es halago y no crítica, pues Diaz se reinventa en Annie, demostrando así su habilidad en la comedia y su facilidad para dar a vida a personajes que en la piel de otras actrices quedarían ridículamente inverosímiles.
El Do de pecho de Quvenzhané Wallis
La hemos visto en la singular Bestias y salvajes y en la excesivamente sobrevalorada Doce años de esclavitud: ella es Quevenzhané Wallis, una Annie 2.0 de la era post-Obama.
Ella es también el gran descubrimiento de la cinta, el brillante y enérgico elemento de Annie, un musical para disfrutar sin complejos y a pleno pulmón. Porque ver Annie es querer cantar todas y cada una de sus canciones.
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