Aquí paz y después gloria, la (muy decadente) serie de Antonio Resines en Telecinco, se ha convertido en la gran decepción de la temporada. ¿Cuánto durará en antena?
Podría ser lo primero que dijese Antonio Resines en su labor de presidente de la Academia de las Artes, pero Aquí paz y después gloria es el título de la nueva serie del protagonista de Los Serrano, una serie, ¿a su medida?
La historia: fugitivo de la Ley y la mafia
[quote_box_left]De chiste fácil, historia previsible y personajes repletos de clichés, Aquí paz y después gloria no es la serie que merecía Antonio Resines.[/quote_box_left]
El protagonista de series como Eva y Adán, agencia matrimonial o Los ladrones van a la oficina, podía haber optado a una obra mejor que Aquí paz y después gloria, una obra en la que él fuera el protagonista. Porque son muchos los personajillos que entran y salen de escena sin aparente ton ni son, y ni mucho menos gracia. También muchas son las bromas que se le escapan al espectador, perdido ante tanta marea de personajes y situaciones difíciles de justificar en un guion que a duras penas avanza a trompicones.
La gloria de Resines
Favorecido no obstante por lo pésimo del argumento, Resines consigue así destacar en una serie sin aparente rumbo o estructura fija. Porque de Resines son las mejores escenas y de Resines son los mejores chistes. Y lo son porque él los protagoniza, porque él posee el carisma, talento y gracia necesarios para protagonizar una serie (¿Quizá Frasier?) sin personajes o subtramas de «relleno».
El trío angelical : Antonio Resines, Antonio Molero y el Obispo[pull_quote_center]Antonio Molero, siempre efectivo secundario y acostumbrado personaje cómico y apoyo principal del protagonista.[/pull_quote_center]
Molero y César Sarachu (el Obispo) son, junto a Antonio Resines, los grandes personajes a disfrutar. Y lo son pese al pobre y rancio guión con el que deben lidiar, porque la química entre quienes un día fueran Diego Serrano y «Fiti» es eterna y porque quien se hiciera popular en Camera Café como Bernardo Marín, César Sarachu, es, simplemente, genial.
Después de la gloria, el moñas
Deslucidos por sus personajes, el cast secundario de Aquí paz y después gloria hace lo posible por salvar la escena cuando Resines no se encuentra en plano. Sin embargo, son sus infantiloides, previsibles, inocuos, insípidos y aburridos diálogos y tramas las que se imponen en escena, obligando al común de los mortales a cambiar de cadena y hasta de país.
Porque, salvo gloriosas excepciones (E incluso Camera Cafe llegó a cansar), no se puede construir una serie a base de sketches, porque es bostezo y no interés lo que transmite la trama de la peluquería y sus muy infantiloides habitantes.
El milagro
Sin embargo, y pese a las críticas, desde PizzaCinema no perdemos la fe en Antonio Resines y la razón. Así pues, y esperando que la lógica impere y desde producción sepan reconducir la serie hacia algo más digno, en PizzaCinema vamos a darle otra oportunidad a la obra.
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