ENTRE LA LOGIA BLANCA Y LA LOGIA NEGRA

Uno de los placeres y elementos más sorprendentes de este renacimiento es la mirada desde la que Lynch ha planteado su demencial obra. Y es que, a diferencia de la serie original, que llevó la profundidad cinematográfica a la pequeña pantalla, la nueva y más experimental entrega de ‘Twin Peaks’ juega con el elemento turbio y lleno de significado que los colores y el uso que las cámaras permiten en escena.

Review Twin Peaks Crítica

La gran pega que puede ponerse a la obra de Lynch es la autocomplacencia con la que David Lynch ha ideado cada segundo de metraje. Con el convencimiento de que el espectador conoce y adora ‘Twin Peaks’ y a sus personajes, Lynch decide proponer una historia no apta para el público profano o ajeno a la serie de los noventa.

No obstante, la genial obra onírica que resulta ser ‘Twin Peaks’ es razón más que suficiente para, al igual que Jack Torrance, decidir adentrarse en un laberinto del que sabemos que posiblemente no salgamos, porque así es el universo de Lynch y así es Twin Peaks, un lugar que te atrapa desde el primer momento, haciéndote presa de su hipnótico, retorcido y delirante relato.