Hay que ser muy friki para ignorar la mejor serie del presente milenio. Y no porque sea la opción más refrescante, original y demencialmente divertida e interesante de la pequeña pantalla, ni tampoco porque sea toda una muestra de humor inteligente, o suponga la creación de una obra totalmente subversiva, sino porque ofrece la oportunidad única e irrepetible de disfrutar de Sheldon Cooper, digno de todo un “Big Bang” televisivo.
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Leonard Hofstadter, Howard Wolowitz, Raj Koothrappali, Penny (el personaje sin apellido en la serie) y por supuesto Sheldon Cooper, forman el más estrambótico, divertido y fascinante grupo de amigos que el imaginario de cualquier escritor hubiera podido crear jamás. Porque, paradigmas a un lado, ellos han sido los encargados de demostrar que “smart is the new sexy”, animándonos cada semana a formar parte de sus aventuras, siempre desternillantes, siempre brillantes, siempre contrarias a toda lógica y, por supuesto, tremendamente frikis. Y es precisamente ese empeño en glorificar o reivindicar el orgullo y derecho a ser tan geek como uno quiera lo que ha hecho que millones de espectadores se vean por fin identificados en unos personajes con la suficiente personalidad y carisma como para atreverse a ser distintos al resto.

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[pull_quote_center]Pero, pese a lo atractivo de la continua referencia al universo friki, nada sería de la serie sin sus personajes, excepcionales e irrepetibles hasta el extremo.[/pull_quote_center]

Sheldon y compañía nos regalan la oportunidad de identificarnos con unos personajes que disfrutan tanto o más que nosotros con el fantástico, que hablan klingon por mera diversión y que pueden enumerar de memoria cualquier dialogo de “Star Trek” o “Star Wars”.

Y si bien es cierto que todos se han ganado nuestra simpatía, hay uno cuya excepcionalidad le hace destacar sobre el resto: el brillante y fabuloso Sheldon Lee Cooper, Dr. en Física. Este singular hombrecillo, admirador incondicional de Spock, y racional hasta límites insospechados es el más fascinante personaje de entre todos. Después de todo, tal y como él expresa, su finalidad es la de “iluminar y deslumbrar” al prójimo, y además es, entre otras cosas, el inventor del “piedra, papel, tijera, lagarto, Spock, un revolucionario investigador de la moderna “Teoría de cuerdas”, y un ferviente admirador de cualquier invento que evite el contacto visual.

Sheldon Cooper, el paradigma de la fascinación

Sheldon Cooper es el personaje más célebre de la historia de la televisión (después del Sr. Spock): es inigualable, paranoico, superdotado, intelectual, radical, genio hipermaniaco y el primer “homo novo” de toda la humanidad.

Es imposible odiar a tan estrambótico personaje; por eso resulta muy sencillo posicionarse siempre de su lado, ya que éste posee una naturaleza infantil e inocente que le libran de toda maldad. Incapaz de reconocer cualquier ironía o sarcasmo, siempre actúa conforme a sus principios, ideas que no tiene ningún reparo en imponer a Leonard, Penny, Raj y Howard, quienes le soportan y toleran en la medida de lo posible. Pero más aun, él les tolera a ellos, dado su carácter antisocial.

Por supuesto, no todos ceden ante sus manías y algunos optan por rebelarse ante tan brillante personaje. Es el caso de su reconocida archi-enemiga Leslie Winkle (Sara Gilbert) o Wil Wheaton, quienes, junto a la madre de Leonard (Christine Baransky), poseen la habilidad de sacar lo mejor de Cooper en escena.

[quote_box_center]Sheldon es la razón única y principal por la que “The Big Bang Theory” se diferencia de cualquier otro intento fallido de revivir el éxito de “Friends” con las insulsas vidas de un grupo de amigos. Pero, ¿que sería de Shelly sin sus amigos?[/quote_box_center]