Y acabo ya, porque definitivamente la noche se ha impuesto, pero cumpliendo mi compromiso de dar razones por las que sentarse a ver Abierto hasta el amanecer: No hay mejor interpretación de Tarantino que la mostrada en la película, no hay mayor insolencia creativa y humor bastardo que los que recoge la cinta. Será la fuerza visual, la paranoia del guión, lo irreverente de los personajes o el frenesí de la historia: una espeluznante fábula contada de una forma sin igual, pero no hay una experiencia más irrepetible que dejar que te sorprenda Abierto hasta el amanecer.   

Sí, pueden calificarla de abrupta, de escabrosa, de absurda, incluso de aberración. Pero no pueden negar que es el viaje más demencial y retorcidamente más increíble que un director o guionista haya creado jamás. ¿El resultado? Una vuelta de tuerca a lo conocido por todos y toneladas de sangre, violencia y humor (del retorcido, pero humor a fin de cuentas). Intenten clasificarla, es imposible, es única.