abierto hasta el amanecer

…Vampiros, como nunca antes los habíamos visto: unos monstruos que encuentran en la sangre de camioneros y motoristas juerguistas su alimento diario. Yo, lo reconozco, vi la película como suelo ver todas las de Tarantino, desconociendo todo cuanto me sea posible. Porque me gusta que me sorprenda y porque adoro descubrir poco a poco las historias Tarantinianas. Por todo ello, entenderán que cuando estaba en pleno estado de fascinación por lo radical y demencial de las acciones perpetradas por los hermanos Gecko, así como por el descaro y provocación inyectados en los diálogos, me quedé petrificada en mi asiento al descubrir que lo que yo creía un viaje lleno de violencia y crimen se convertía en una batalla entre vampiros y humanos.

No tenía palabras, me encontraba en un estado de perplejidad absoluto, petrificada por el impacto del inesperado giro argumental, incapaz siquiera de parpadear ante la genial sorpresa que Rodríguez y Tarantino regalan al espectador. Y fue en ese momento cuando entendí que es imposible poner tacha alguna a Abierto hasta el amanecer, porque es única. Es el resultado de juntar a unos amigos llenos de la insolencia y el talento necesario para llevar a pantalla todo cuanto se les pase por su loco imaginario.